Los cobots o robots colaborativos son capaces de compartir el mismo espacio de trabajo que las personas, se configuran con un par de comandos en una interfaz gráfica, con botones similares a las de cualquier app y realizan todas las tareas repetitivas o aburridas con el máximo de eficiencia y sin descanso.
Su gran potencial para generar el máximo de productividad en todas las áreas imaginables ha hecho de estas herramientas una adquisición fundamental para empresas de todos los tamaños.
Soluciones de pick and place, transporte de inventarios, detección de intrusos, manipulación de alimentos, alimentación de piezas, mini soldadura y embalaje de productos terminados son solo algunas de las posibles tareas que estos cobots pueden hacer por ti el día de hoy.
Pese a lo increíble de tener un equipo que pueda hacer lo mismo que cualquier mano humana sin descanso, estas no son las únicas razones por las cuales debes invertir en la robótica colaborativa:
Una tecnología novedosa es un potente factor de innovación dentro de cualquier área de negocios, sea a nivel industrial, operativa o dentro del campo de trabajo de una PYME.
La innovación tecnológica promueve el pensamiento diferente y disruptivo, convirtiéndose en un motor de cambio con el cual generar nuevos procesos y nuevas formas de hacer el trabajo, diferenciándose así de la competencia.
Además, la innovación tecnológica propuesta por los cobots no solo estimula el aprendizaje de los trabajadores sino que reaviva el interés del público en general, convirtiéndose en un punto de referencia para los clientes.
Los usuarios son muy susceptibles a las nuevas tecnologías que trabajan para ofrecerles productos de mayor calidad, en este sentido, la capacidad de los cobots para avivar el interés del público es insuperable.
Los robots colaborativos poseen todo tipo de sensores que se apoyan en visión artificial, algoritmos de control de comportamiento, detección de proximidad y comprobadores de posición que les permite operar de manera segura sin necesidad de un cerco físico.
Esto convierte a los cobots en poderosas herramientas de trabajo colaborativo sumamente seguros para la automatización sin riesgos.
Gracias a esto un cobot no representa una limitante para el personal, por el contrario, se diseñan con la misión de trabajar conjunto al ser humano para crear estructuras de trabajo de máxima eficiencia.
Los primeros robots industriales requerían de un amplio conocimiento en el área de la robótica, la electrónica, mecánica e informática, al menos para los procesos de instalación y puesta en marca. Este no es el caso con los cobots.
Los recientes avances en el área de la robótica colaborativa han hecho posible la programación por interfaces gráficas, botones y diagramas de flujo haciendo que el “entrenamiento” de un brazo robótico sea fácil e intuitivo.
Del mismo modo, las funcionalidades extras poseen una gran facilidad de uso y mediante sistemas de inteligencia artificial, los softwares de configuración son capaces de guiar a los usuarios paso a paso durante todo el proceso.
Para el movimiento del brazo mecánico hace falta guiarlo una sola vez de manera manual para que el sistema aprenda los movimientos que se esperan de él, para las herramientas de agarre o soldadura se aplican botones ya programados y para los sistemas de visión los procesadores de imagen se configuran de manera intuitiva.
De esta manera, no hace falta ser un experto para incorporar un cobot en un proceso ni para modificar patrones básicos a futuro.
Un cobot es básicamente un brazo automatizado al cual se le pueden incluir tantas herramientas como sean necesarias en sus labores. Estos periféricos o accesorios son tan fáciles de incorporar y configurar como el mismo robot.
La mayoría de funcionalidades nuevas se agregan al brazo gracias a sistemas de plug & play, es decir, basta con conectarlos para que los mecanismos de configuración hagan la mayor parte de la configuración.
No se requiere de cableado nuevo, adaptadores o complejos procedimientos de montaje y desmontaje mecánico para cambiar de una pieza a otra. Es tan simple como conectar y desconectar.
Esta simplicidad en la incorporación de nuevas funcionalidades facilita el uso general del robot.
Ya que los cobots tienen un funcionamiento general muy simple, los accesorios se agregan de manera fácil y las tareas de configuración son intuitivas, estas poderosas herramientas pueden reasignarse a nuevas tareas dentro y fuera de un mismo proceso productivo.
Esta gran flexibilidad y poder de adaptación son claves en cualquier industria de vanguardia ya que los cambios, así como los procesos de mejora continua, son lo único que mantiene a las empresas en el liderazgo corporativo.
La capacidad de reubicación en de un cobot, después de una configuración simple, los convierte en una adquisición versátil y altamente reciclable.
La adquisición de un cobot, más que la incorporación de una poderosa herramienta de automatización, debe ser vista como una gran oportunidad de negocio.
Si bien es entendible que en entornos competitivos son cientos los proyectos que demandan una parte del presupuesto, los cobots poseen un retorno de inversión muy llamativo, por lo que pueden rentabilizarse entre 6 meses y un año, más rápido que la mayoría de los equipos tecnológicos, sin contar las funcionalidades o el valor añadido que dan al producto final.
La aplicación de un cobot puede ser un excelente punto de partida para una transición digital hacia el modelo productivo 4.0 familiarizando al personal, incentivado a integración a las nuevas tecnologías, despertando el interés del público, mientras crean flujos de trabajo más elevados y seguros.
A medida que los cobots recuperan su inversión inicial se puede aprovechar este margen de ingresos para incorporar más y mejores equipos.
Los cobots pueden trabajar con requerimientos de espacio exigentes, sin necesidad de cercos físicos y juntos al personal humano, por lo que contar con su apoyo es tener disponible más operatividad en menor espacio.
Esto puede representar una gran ventaja para la pequeña y mediana industria donde el coste de almacenaje y mantenimiento (o alquiler) de grandes plantas representa un duro golpe al presupuesto operativo.
Espacios mejor aprovechados es una ventana abierta llena de posibilidades para la incorporación de más equipos, menor consumo de energía y menos costes operativos.
Los robots colaborativos tienen una gran capacidad para operar por largas jornadas sin descanso alguno, sin curvas de operatividad, sin cansancio o distracciones, con un nivel de precisión imposibles de reproducir por la mano humana. Esto no quiere decir que sean el sustituto de los equipos industriales o del personal humano, por el contrario, su existencia está pensada para librar al personal del tedio laboral hacia áreas más creativas y adaptarse a entornos donde no se requiere tanta potencia o espacio como en los robots industriales.
Basta con la asesoría adecuada para que puedas elegir el modelo ideal que te permita explotar la operatividad de tu sector, optimizar los procesos de producción y conseguir valor añadido en las operaciones, todo en uno. Puedes contar con nuestro equipo de técnicos expertos para el asesoramiento y la elección de la mejor opción en función de tus necesidades.