El Edge Computing es un paradigma de computación distribuida que acerca computación y almacenamiento de datos a la ubicación donde se necesita, para mejorar los tiempos de respuesta y ahorrar ancho de banda.
Tomando como referencia esta definición, podemos resumir que se trata de una tecnología relativamente reciente que sirve para “descentralizar” los servicios del Cloud Computing. Si lo traducimos al español, el término inglés edge significa literalmente “borde” o “límite”. Es una manera simbólica de explicar cómo funciona esta tecnología: en los límites o bordes del Cloud Computing. Puede resultar un poco complicado de entender, pero intentaremos explicarlo de la manera más clara posible.
Ya hace unas semanas os hablábamos del Internet of Things o IoT y de cómo algunas empresas como Siemens o IBM previeron que para 2022 habría alrededor de 22000 millones de dispositivos conectados a la red. Todos ellos generan constantemente una serie de datos que viajan a través de la red hasta sus respectivos servidores Cloud. Muchos de estos centros de datos que reciben y procesan la información están localizados en lugares muy alejados de los dispositivos que se la envían.
Por ejemplo, un frigorífico inteligente comprado e instalado en Barcelona puede estar enviando y recibiendo información de un centro de datos situado en EEUU
¿Qué factores implica esta transmisión de datos constante y a la vez distanciada? Por un lado, que el ancho de banda que se utiliza sea amplio (cuanto mayor número de bits transmitidos por segundo, mejor) y, por otro, que la latencia o tiempo de respuesta de la red por la que navegan los datos sea breve. Ante este nuevo paradigma que es el edge computing, tecnologías como el 5G van a posicionarse como una herramienta perfecta, ya que supone un aumento en la velocidad en la transmisión de datos como nunca antes habíamos conocido.
El problema que se da aquí es que no tienen la misma importancia los datos que está constantemente enviando y recibiendo de un frigorífico o un teléfono móvil que los de, por ejemplo, una máquina de hospital. En algunos ámbitos como el automovilístico, el sanitario o el militar, los factores nombrados anteriormente (ancho de banda y latencia) son mucho más determinantes: un retraso en el envío y recibo de datos e información a tiempo real en un coche inteligente puede suponer en un accidente de tráfico. De igual manera, un informe médico que no se actualice instantáneamente puede suponer la muerte de un paciente.
Por ello, y porque hay datos que exigen una latencia muy breve, se ha desarrollado el Edge Computing. Este consiste en crear sistemas de servidores en el borde, es decir, mucho más cercanos en cuanto a localización a algunos dispositivos del IoT cuyo tráfico de datos puede obstruir y ralentizar a otros más importantes. De esta manera, es capaz de liberar a los grandes centros de datos de Cloud Computing para que puedan recibir, procesar y devolver información mejor y más ágilmente. Si seguimos con el ejemplo del frigorífico inteligente, este no enviaría y recibiría los datos a San Francisco (EEUU) sino que lo haría a un centro de edge computing estratégicamente situado en Barcelona o Madrid.
Es por eso que nos referimos al Edge Computing como un método de descentralizar los centros o servicios de Cloud, porque funciona de la misma manera que los países fuertemente descentralizados. Allí las regiones, comunidades o administraciones liberan al Gobierno central de competencias que se ralentizarían y generarían demasiada burocracia si se hicieran todo desde un mismo órgano central.
Aunque una tecnología como esta conlleva una serie de desafíos como el requerimiento de técnicos y operarios debidamente cualificados o una gran inversión en seguridad de los centros de datos, no podemos obviar que el uso del edge computing tiene una serie de ventajas destacadas.
La información analizada se hace a tiempo real: tanto los datos que son transferidos a los grandes centros de cloud computing, como los que son analizados de manera local a través del edge computing.
En parte porque viene acompañado de nuevas tecnologías punteras en la transmisión de datos (como el 5G) el desarrollo del Edge Computing supone un aumento en la velocidad del tráfico de datos.
Al evitar que algunos datos recorran distancias tan largas, se evitan posibles fugas y el procedimiento se vuelve mucho más seguro.
Seguro que habrás leído alguna vez que algún centro de datos importante de alguna zona de Europa ha sufrido daños técnicos. Evidentemente esto afecta a todas empresas y organizaciones que hacen uso de ellos. Estos fallos se originan muchas veces por sobrecargas de datos o información. Al quitarles trabajo extra con tecnologías como el edge computing, se ahorran muchos recursos (tanto humanos como económicos) en su arreglo y mantenimiento.
Quizás sea la ventaja más importante del uso del edge computing.